Perdiendo la habilidad para amarte,
cada palabra puede ser una herida.
Detén el tiempo en cada abrazo,
y dime que puedo dejar de odiarte.
Hemos jugado juegos macabros
riéndonos de los chistes que le hacíamos al corazón.
Nuestras mentes saben silenciar nuestras almas,
cada vez que sale un ganador.
Detengo el tiempo en cada beso
y te digo - ya podés amarme-
guardemos las dagas por un rato,
que nos curaremos al fuego del tacto.
¡Como duelen los instantes
ensangrentados alejada de vos!
pues no siempre te siento cerca en la distancia,
pues no siempre supimos dar amor.
Perdida en tus ojos espío al sol del mediodía ,
ya olvidé el camino del retorno a mi misma.
Yo se que hiero pero no puedo evitar amarte,
rasgando muy adentro tuyo solo para tocarte.
28/09/10